Comencé a tocar el sax porque a mis papás le gustaba como se escuchaba, no se como me llegó a gustar el tocarlo, ha de haber sido por todas esas veces que tenía que cargarlo para los ensayos y presentaciones en la escuela de música que de repente ya me sentía extraño si no tenía peso en mi espalda. Ahora somos imprescindibles el uno del otro, él va a donde yo voy y viceversa, ya después de 16 años de estarlo cargando se creó (eso espero) un lazo afectivo entre los dos, yo le hago falta para que él diga todo lo que tenga que decir con su sonido y el me hace falta para tener dinero.

 Con la música he tenido la gran fortuna de conocer lugares, como buen campeón de intentar y fallar, pero sobre todo de hacer grandes amigos, el estar en la Bolina para mí es estar entre amigos, verdaderos amigos, donde puedo ser yo porque no importa si estoy loco, hay nueve hermanos con el mismo grado de locura, en Bolina sin Parné no hay disfraces, dobles discursos o letras chiquitas como en los contratos, cada quien está aquí porque así lo quiere sin ningún otro compromiso mas que el ser uno mismo.

Hace varios meses dentro de mis pensamientos y planes a futuro me dije “como me gustaría ser el saxofonista de algún artista o grupo chingón para irme de gira y ganar lana” después me fui a un ensayo de la Bolina y sonreí, se están cumpliendo los planes.

Camarada no dejes de soñar, pero sobre todo no dejes de hacer lo necesario para lograr lo que quieres, como buen campeón está permitido fallar, lo que no esta permitido es no hacer nada.